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Litoral

Historia, pesca y tradición
Provincia de Santa Fe tiene dos ciudades destacadas, la capital y Rosario, y varias pequeñas pero llenas de atractivos.
Santa Fe ofrece distintas actividades para disfrutar y descansar en este invierno. Entre ellas destaca la pesca variada, el relax frente al Río Paraná, las estancias rurales, la belleza cultural y la majestuosidad de las grandes urbes.
Desde la capital hacia el norte, por la ruta provincial 1 hasta Reconquista, la propuesta es disfrutar de la pesca, cabañas y la belleza del paisaje isleño en San José del Rincón, Arroyo Leyes, Santa Rosa de Calchines y Helvecia, entre otras.
También, un poco más al sur de la capital, en Coronda, el río de mismo nombre brinda la oportunidad de deleitarse de su frondosidad natural.
La provincia de Santa Fe cuenta, además, con un patrimonio cultural único. Un claro ejemplo son las ruinas de Santa Fe la Vieja, el antiguo emplazamiento en donde Juan de Garay fundó la ciudad, a orillas del Río San Javier.


Rosario es conocida como la cuna de la Bandera Nacional, ya que sobre las barrancas del río Paraná Manuel belgrano izó por primera vez el 27 de febrero de 1812 la bandera nacional. Allí se puede apreciar el monumento a la Bandera que fue inaugurado el 20 de junio de 1957. La naturaleza también tiene su lugar en Santa Fe. El río Paraná es uno de los más extensos y biodiversos del mundo. Esto la convierte en una de las áreas con mayor biodiversidad de la provincia de Santa Fe y de la República Argentina, con 360 especies de vertebrados tetrápodos, una diversa fauna de peces. La pesca deportiva y el ecoturismo del área están sustentados por los recursos que brinda este humedal. También se pueden disfrutar de intensas jornadas de avistaje de aves y fauna autóctona en medio de paisajes maravillosos y cautivantes.

Alimento para el cuerpo
En Entre Ríos se puede disfrutar de los clásicos como las termas y el Parque Nacional El Palmar, entre otras propuestas.
La provincia de Entre Ríos es un festival de sensaciones para el cuerpo y los sentidos. Diferentes pero igualmente atractivas ciudades como Colón, Federación y Chajarí, entre otras, ofrecen sus saludables aguas termales.
En las termas de Entre Ríos el visitante hallará complejos con diversas características por sus aguas terapéuticas para distintas dolencias. En ellos encontrará además paisajes únicos para el descanso, el relax y el sano esparcimiento, en general a muy pocos kilómetros entre sí.
El termalismo es un medio para la prevención, la recuperación de la salud y para lograr una mejor calidad de vida. Otras ciudades que ofrecen sus termas son La Paz, María Grande, Villa San José y Villa Elisa. Pero en termas la última novedad es Gualeguaychú, recientemente inauguradas, que ofrecen una piscina cubierta, con aguas entre 37 y 42 grados y surgen desde 830 metros de profundidad. Son aprovechadas para tratar afecciones dermatológicas, respiratorias, óseas y musculares.
Estancias
Otra de las alternativas son las estancias entrerrianas, que ofrecen la posibilidad de participar de actividades agropecuarias típicas de campo, realizar cabalgates, safaris fotográficos y hospedarse en el casco en habitaciones muy confortables. Hay más de 20 establecimientos preparados para recibir a los turistas.
Un clásico de la provincia está poco más de 50 kilómetros al norte de Colón, por la ruta 14: es el Parque Nacional El Palmar. Los miradores La Glorieta y Arroyo regalan panorámicas espectaculares de la mayor concentración de palmeras yatay de Argentina.
Un viaje diferente también incluye una visita a Liebig. El pueblo lleva como nombre el apellido del barón alemán Justus von Liebig, personaje histórico que en 1860 logró el primer extracto de carne, causando una revolución en la economía mundial.

Laberinto de lagunas claras
Los Esteros del Iberá Corrientes, son un paraiso para los amantes de la pesca. Y una reserva  natural única en el mundo.
Lagunas claras y bañados repletos de especies única dan forma a la Reserva natural esteros de Iberá, pareje de una conmovedora belleza. Con una extensión de 1,4 millón de hectáreas, es el segundo humedal en tamaño de América del Sur. Antiguos cauces o lechos abandonados del río Paraná formaron, con el paso del tiempo, esta independiente y compleja red de humedales compuestas por bañados, esteros, lagunas, embalsados y cursos de origen pluvial.
Los esteros de este sistema son un depósito de agua estancada con una profundidad que varía entre uno y tres metros cubierto por dos tipos de plantas acuáticas: las que surgen desde el fondo formando pajonales en los bordes costeros o las formaciones flotantes que tapan la superficie del agua como los camalotes y embalsados estos últimos, en algunos casos, toman un espesor considerable.
Los sistemas de embalsados se originan en los camalotes, en su entretejido se acumula tierra, traída por el viento y por el agua, la formación de la primera capa permite que crezcan sobre ella otras especies de plantas, incluso árboles, que con el paso del tiempo se van superponiendo.
Allí habitan animales autóctonos como el yacaré y el carpincho y 368 tipos de aves en perfecta armonía. Se destaca además por las importantes dimensiones de sus lagunas, donde sobresale Laguna Luna, con 78 kilómetros cuadrados. Corrientes acuña la pesca como una de sus principales actividades. Con mosca o trolling, la provincia garantiza satisfacción en la práctica de este deporte.
Pero los Esteros del Iberá no son la única belleza que tiene Corrientes. Otro circuito recomendado para disfrutar de los paisajes en la costa del río Uruguay. De sur a norte, por la Ruta 14 se puede visitar Monte Caseros, Paso de los Libres, Yapeyú, Alvear, Santo Tomé y Gobernador Virasoro.
Monte Caseros,  ciudad de triple frontera internacional, con sus características anchas avenidas y un nutrido programa de actividades litúrgica, cultural y deportiva, cuenta con infraestructura hotelera y gastronómica acorde a la demanda.

Un santorio para el agua
Misiones subyuga con las Cataratas del Iguazú. Un maravilloso muestrario de la selva subtropical, con 275 saltos y vegetación.
Es el verde inagotable de su vegetación, el rojo de su tierra y la blancura de los 275 saltos de agua que coronan las imponentes Cataratas del Iguazú. El estrépito se combina con ese silencio que permite disfrutar de las 450 especies de aves, las 2 mil variedades de plantas y centenares de mariposas en el Parque Nacional Iguazú.
La gran novedad es la reconstrucción y rehabilitación del Circuito Superior de pasarelas, que lleva a una vista immejorable de la Garganta del Diablo. Muy cerca, las canteras de piedras preciosas de Wanda dan forma a un paseo clásico.
Historia y silencio permiten appreciar exponentes de la cultura jesuítica a 240 km de Puerto Iguazú. Un recorrido por San Ignacio, Santa Ana y Candelaria invita a un viaje imaginario para retraerse a los orígenes. Para hacer turismo aventura y agroturismo, una buena opción es hospedarse en alguna chacra de la Región de las Flores, a 100 km de las Cataratas del Iguazú.
Más allá del Parque Iguazu (a 18 kilómetros de la ciudad de Puerto Iguazú) , hay un mundo deslumbrante: en el norte misionero, reservas de selva virgen atraen a quienes se animan a vencer la resistencia de los sitios poco explorados, motivados por la búsqueda de la belleza natural en estado puro.
El camino es como una angosta serpiente roja que se abre paso en el verde espeso. Las ondulaciones del terreno son sorteadas sin problemas por el vehículo 4x4 que tras cruzar un arroyo nos deja en el inicio del Sendero del Salto, donde comienza la exploración.
La ruta 101, que desde el Parque Nacional Iguazú recorre el nordeste de la provincia hacia el sur, conduce a otras reservas de selva virgen. Otro atractivo es la Ruta de la Yerba, una idea similar a la Ruta de Vino de Cuyo. En una primera etapa, esta ruta del Litoral va de Virasoro a Leandro N. Alem, en Misiones.
Pero está proyectada desde Yapeyú (Corrientes) a Puerto Iguazú (Misiones). Incluye a pequeños yerbateros de zonas como Andresito u Oberá y a productores de otros alimentos regionales, como mandioca, pacú, maíz, mango, rosella, miel, dulces y licores.

Misterios de otra galaxia
El Campo del Cielo, en Chaco, es una planicie donde los meteoritos dejaron su huella. El Parque Nacional, otro tesoro.
Con sus 33,4 toneladas de peso, se trata del segundo meteorito más grande del mundo. Se cree que atravesó la atmósfera de la Tierra en una lluvia meteórica hace más de seis mil años. El meteorito Chaco-del él se trata-dio origen a una serie de cráteres en Campo del Cielo, una basta planicie ubicada a 20 kilómetros de Gancedo que con el tiempo se transformó  en uno de los principales atractivos de la  provincia de Chaco.

Campo de Cielo está ubicado a 171 kilómetros de Presidencia Roque Sáenz Peña y a 321 de Resistencia (por una ruta pavimentada), cerca del límite con Santiago del Estero.
Los meteoritos son fragmentos de asteroides de satélites naturales que pueden ingresar a la atmósfera terrestre astraídos por fuerza de gravedad del planeta tierra. La teoría más manejada por los científicos es que los meteoritos de esa zona proceden de la fragmentación de un enorme asteroide, regando un área de 150 kilómetros de largo por 15 de ancho. En la zona hay documentados 26 cráteres, él más grande de ellos es Rubin Celis, con una profundidad de 5,5 metros, el fragmento conocido más grande luego de El Chaco es el Mesón de Fierro, de aproximadamente 20 toneladas. Quienes visiten la zona se pueden hospedar el Hotel Meteorito, que tiene 14 habitaciones totalmente equipadas (baños privados, televisión, aire acondicionado, teléfono).
Puro Verde
Fotografiarse ante un imponente quebracho de 500 años, ver salir el Sol sobre un estero, arrullado por cantos de más de 200 especies de aves o dormirse al son de los aullidos de los monos carayá trepados a los copas de los árboles, sentir el inconfundible ruido que hace un yacaré al lanzarse el aguaq al paso de viajero, son sensaciones que sólo pueden gozarse en el Parque Nacional Chaco, a 115 kilómetros de Resistencia, la capital de Chaco.

Allí se palpa la naturaleza en su estado virgen a través de senderos peatonales y uno vehicular. Es mejor visitarlo entre marzo y noviembre, ya que en verano el calor es agobiante. Y hay que estar prevenidos contra los insectos.
Junto al río Negro, que cruza el noreste del Parque, se aprecian bosques densos, con suelos cubiertos de espinas. El noroeste conserva las dos variedades de quebracho colorado.

Entre sol, selva y yacarés
El Parque Nacional Pilcomayo, en Formosa, reúne bellos paisajes y una gran variedad de especies animales.
En cercanías de la localidad de Laguna Blanca (a 180 kilómetros de la ciudad de Formosa) se enquentra el Parque Nacional Pilcomayo, de más de 47 mil hectáreas. Los primeros habitantes tobas denomiraron a este lugar 'Satalik-Lateday", en su lengua significa "espejo de aguas claras".

Se trata sin dudas de una reserva natural de gran valor para toda la humanidad, ya que no solo por la belleza de sus paisajes, sino por la gran variedad de especies animales como el yaguareté, aguará guazú o lobo de río, osos hormigueros, pecaríes, osos meleros y tres clases de monos, entre otras especies y en particular gran cantidad de animales acuáticos (por ejemplo el yacaré , que causa gran respeto y curiosidad).
Existe un servicio de camping, con todos lo necesario para descubrir la más espectacular naturaleza y disfrutar de la inmensa paz y serenidad del lugar.
Pero Formosa es además una provincia plagada de un profundo sentido cultural. Su nombre proviene del término del castellano antiguo "fermoso", vocablo que se utilizó para aludir a la belleza que caracteriza a toda la región. Además es considerada la capital de las artes plásticas. Numerosas artistas encuentran en los majestuosos parajes de la región el estímulo natural para la creación de sus obras. Todo esto se da también gracias a la convencia de variadas culturas indígenas , como los wichí, tobas y pilagá.