De la precordillera a los acantilados, en Argentina hay muchas variantes para la práctica del vuelo en parapente o aladelta.
El vuelo libre en la Argentina tiene mucho margen para explorar y experimentar. Los cordones precordilleranos del Oeste y el Noroeste, de clima seco y árido o semi-árido suponen un enorme potencial para volar en parapente. El centro del país, con las sierras de Córdoba y San Luis, attrae también a los deportistas.
Las Laderas de Merlo
La sierra de los Comechingones tiene cimas de más de 2 mil metros y varias rampas de despegue para los parapentes. La zona combina vientos de montaña con térmicas de bastante intensidad. La villa turística de Merlo y algunos parajes vecionos son los preferidos para aterrizar. Esta zona de San Luis ofrece un clima templado a lo largo del año, y es también un terreno apto para el aladelta.
Cuchi Corral
Ubicado en Córdoba, es el más célebre de los escenarios para el parapente. El despegue está a 1.080 metros y se accede a la rampa con el vehículo, desde La Cumbre. Los vuelos son mayormente termodinámicos y se alcanzan los 500 metros. Se vuela todo el año, pero muchos prefieren la primavera. Otro destino en Córdoba es el cerro Las Gemelas, en Cappilla del Monte.
Cuesta Vieja
Está en el Cordón de Paimán y tiene excelentes condiciones para el parapente. El despegue está a 1.550 metros y su altura sobre el Valle de Antinaco es de 600 metros Orientado al Este permite vuelos de varias horas. Se han logrado aquí marcas de hasta 4.000 metros de altura.
Loma Bola
El despegue está situado sobre San Javier, a 27 kilómetros de la ciudad Tucumán. Loma Bola está a 1.330 m metros y presenta un desnivel de 800. El aterrizaje en Los Azahares también es amplio. San javier cobija la selva de las Yungas, con árboles de hasta 30 metros que amortiguan los vientos.