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Los mejores ríos para pescar con mosca en argentina

La temporada de pesca dura hasta el 1° de mayo, aún hay tiempo para agarrar la caña y partir hacia la Patagonia en busca de la mejor trucha.

En la pesca con mosca hay más arte que tirar y esperar, y debe ser por eso que sus cultores se convierten en fanáticos. Hay que dominar el movimiento hacia delante y atrás con que se va largando línea para que la mosca se pose en el lugar indicado con la delicadeza necesaria para engañar a la trucha y que esta muerda lo que no debería. Además, hay que conocer el pez y adecuarse a qué y cómo está comiendo en el momento. De eso depende la mosca que se utiliza: vienen en una variedad de formas y colores y están elaboradas con los más curiosos elementos, como plumas de gallina o pelos de ganso, liebre o ciervo.

*Pesca de la trucha arco iris, trucha marrón y trucha de arroyo: se puede encontrar en toda la región de la Patagonia, pero sobre todo se concentra en torno a las ciudades de Junín, San Martín, Bariloche y Esquel. En algunos ríos estos peces pueden llegar a pesar hasta 5,4 kilos.

*Pesca de la trucha trofeo: se puede encontrar en zonas remotas de la provincia de Santa Cruz. En esos ríos o lagos la mayoría de los peces son mucho más grandes que la típica trucha de 17 pulgadas que encontramos en la zona norte de la Patagonia. Estos peces más grandes son casi siempre trucha arco iris y tienen como alimento aquello de alto valor proteico. Estas especies las encontramos sólo en cotos de pesca privados. La mejor fecha para pescar es desde noviembre a enero.

*Pesca de la trucha Anadromous o trucha de mar: es la más desafiante y la más grande de la Patagonia. Estos peces pasan los meses de invierno alimentándose en el océano y vuelven al río, donde nacieron en la primavera y el verano, a desovar en el otoño. Esta especie se encuentra en Río Grande, Tierra del Fuego y pesa de 5 a 15 kilos. La provincia de Santa Cruz tiene dos ríos de truchas anádromas, el Río Gallegos y el Río Santa Cruz. El mejor momento para la pesca de la trucha de mar es enero-marzo y para la pesca de la trucha arco iris de abril a mayo.

En la Patagonía hay infinidad de lugares, lamentablemente para pescar en las mejores zonas de la gran mayoría de estos ríos se debe pagar pues son áreas privadas. Va el listado de los más famosos:

RÍO GRANDE: Nace en Chile de aguas de deshielo y corre de oeste a este atravesando la provincia de Tierra del Fuego. Este río es meandroso y cuenta con una infinidad de pools profundos en los que se pueden encontrar truchas de gran tamaño. La trucha marrón de esta zona, que se ha adaptado para vivir en el mar e ingresar en el río para desovar, tiene la particularidad de ser muy sensible a la luz, y eso hace que el 30 por ciento de las capturas ocurran por la noche. Pero si el día es de mucho sol y viento, lo conveniente es guardar la caña, ya que el esfuerzo puede resultar infructuoso.

RÍO COLLÓN CURA: Se forma a partir de la confluencia de los ríos Aluminé y Chimehuín, se encuentra al norte de Bariloche. Es un río extenso y de cauce amplio y corre en dirección norte-sur hasta unirse con el río Limay. Se mueve por terrenos bajos, con pocas rocas, muchas curvas, correderas y pools. El paisaje es de estepa patagónica, árido y con sectores de barrancas. Es uno de los ríos más productivos en cuanto a la cantidad de truchas medianas y de buena vitalidad debido a su alimentación. Las que más salen son las marrones y las arcoíris. Se pesca con streamer. La parte inferior del río es inaccesible por la costa debido a que está rodeada de estancias privadas, dos de las cuales, Collón Curá y Quemquemtreu, alojan pescadores. Las excursiones cuestan alrededor de 400 dólares por persona y por día.

RÍO CALEUFÚ: Nace en la confluencia de los ríos Meliquina y Filo Hua Hum, a mitad de camino entre Bariloche y San Martín de los Andes. El Caleufú es un río de 60 kilómetros rodeado de estancias privadas, lo que impide su acceso desde la costa. La opción es hacer flotadas embarcadas que suelen durar alrededor de cuatro días. Es un río dinámico que se divide en tres secciones. La primera, típica de montaña, tiene aguas rápidas, y el río corre encañonado en el cajón de un valle con cuevas y rocas. La segunda sección atraviesa una zona de transición y de mesetas entre las montañas y los valles. El curso transita por terrenos más abiertos y el caudal, más lento, se profundiza generando pozones y pooles. En la última sección el terreno cambia de manera radical al ingresar en un extenso valle. El río se separa en meandros y diversos canales a ambos márgenes del cauce principal. La pesca en este sector se realiza con líneas de flote. La excursión cuesta alrededor de 350 dólares por persona y por día e incluye los traslados y alojamientos en carpa.

RÍO LIMAY En el límite entre Neuquén y Río Negro, a 20 kilómetros de Bariloche. El Limay superior es un río de grandes dimensiones, con mucho caudal de agua. Es el único que desagua en el lago Nahuel Huapi y tiene una extensión de 60 kilómetros hasta su confluencia con el río Collón Curá, lo que hace que las truchas estén encerradas, sin salida al mar, y esto contribuye a que adquieran tamaños importantes. Es un excelente río para el desove y uno de los pocos en la Patagonia norte donde se pueden sacar truchas trofeos, tanto marrones como arcoíris. Se hace tanto flotada como vadeo y el principio y el fin de la temporada son los mejores momentos para pescar. El paisaje es árido, de estepa patagónica, y el agua es cristalina, lo que permite ver las truchas en pozos de hasta 8 metros de profundidad. Una posibilidad para pescar en este sector es alojarse en la estancia Fortín Chacabuco, sobre el río Limay. El paquete promedio por día y por persona, incluyendo la excursión y el alojamiento, sale 300 dólares.

RÍO MANSO INFERIOR: El Manso nace a los pies del cerro Tronador y corre dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, conectando una serie de lagos en la cuenca sur de Bariloche. El Manso inferior nace en la cabecera sur del lago Steffen y recorre 20 kilómetros hasta la confluencia con el río Villegas. Tiene una buena concentración de truchas marrones medianas y está rodeado de un frondoso bosque nativo. La vegetación tupida impide el acceso desde la costa, por lo que no es posible hacer vadeo. Se puede pescar, en cambio, flotando en un cataraft, una embarcación especial para río de montaña que cuenta con dos pontones inflables y una plataforma con piso de madera. Las aguas cristalinas del río permiten apreciar los peces que nadan en el fondo de un pozo y advertir el momento en que se produce el pique. Hay una buena cantidad de truchas de 1 o 2 kilos. Las excursiones son por el día, con salida desde Bariloche, y cuestan alrededor de 350 dólares para dos personas.