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Uribelarrea, alma de pueblo y sabor rural

En este polo gastronómico, los pobladores producen y venden embutidos, quesos, vinos, alfajores y dulce de leche.

El acceso a Uribelarrea, ubicado al noreste de la provincia de Buenos Aires, en el municipio de Cañuelas, es por un camino asfaltado desde el cual se observan, al inicio -a derecha e izquierda- las instalaciones de una empresa de reciclado de combustible. Luego, la vía hace una curva -a la altura de la estación del tren- para terminar, pasando la urbanización, en la Estancia La Figura.

Antes de llegar a este casco antiguo, que data de 1830, donde en la actualidad se organizan eventos, el viajero encuentra, a campo abierto, la Escuela Agrotécnica Salesiana "Don Bosco". Una tarde de semana, en el estacionamiento, un micro naranja con la puerta delantera abierta espera a los pasajeros. Por un sendero, desde la parroquia, se acerca un grupo de chicos de primaria, luego de una visita a este establecimiento escolar que data de 1894, pionero en el país en la instrucción de oficios rurales. Detrás, se puede visualizar un tractor en marcha, con un remolque en el que descansan cinco alumnos.

Los jóvenes ya concluyeron la actividad en los corrales, con los animales de campo (ganado vacuno, porcino y aves), y el trabajo en los salones de elaboración de embutidos y quesos. A eso de las tres de la tarde, voluntarios y empleados de maestranza hacen la limpieza de cada área, mientras en uno de los salones azulejados los chicos que producen dulce de leche todavía tienen tarea: etiquetar frascos y envases de cartón.

“La cursada es de doble turno. En la actualidad tenemos 410 estudiantes, y los títulos, al finalizar, son de bachiller agrario y técnico en producción de alimentos de origen animal y vegetal”, explica María Cristina Martínez, trabajadora social, directora general de esta institución pública de gestión privada. La capacitación les permite trabajar, por ejemplo, en un frigorífico, o la posibilidad de emprender proyectos tanto familiares como en sociedad.

El terreno donde está la escuela era un pantano, y formaba parte de la estancia La Figura. Uno de sus dueños fue el fundador del pueblo, Miguel Nemesio de Uribelarrea quien en 1888 donó parte de las tierras para la primera escuela de agricultura práctica de Latinoamérica.

En la visita al negocio de la escuela, el turista puede comprar los productos realizan los alumnos. Además, se puede conseguir yerba y vino provenientes de otros establecimientos Don Bosco del país, como Misiones y Mendoza. Si bien las visitas guiadas son sólo para instituciones escolares, si la guardia de fin de semana lo permite, es posible hacer un paseo informal por el predio. La demanda espontánea, funciona.

Pueblo encontrado
El trazado de Uribelarrea, -“Uribe”, para los locales- es a lo largo de quince cuadras, con cuatro manzanas de ancho. Es un rectángulo de calles de tierra arboladas, que conservan ranchos y casas del siglo XIX, una arquitectura que atrajo a los directores de cine Alan Parker, Leonardo Favio y Teresa Constantini a filmar sus películas en el pueblo.

La tranquilidad de Uribe, sin embargo, inquieta a los visitantes de la ciudad, quienes después de pasar tiempo en alguno de los restaurantes y emprendimientos rurales, se preguntan qué más hacer, a dónde ir. Eso es lo que suele escuchar Andrea Díaz, quien eligió este pueblo para vivir al formar su familia y comenzar una actividad comercial en el negocio de artículos regionales La Pulpería. “Yo contesto que lo mejor de Uribe es conectar con la paz del pueblo, caminar, contemplar el campo”, sugiere esta mujer que encontró el secreto para hacer unos ricos alfajores artesanales.

Andrea, junto con su esposo, Leonel Guiñazú, fueron de los primeros pobladores en apostar al pueblo como polo turístico-gastronómico. Ellos, junto a los productores del almacén de campo Pueblo Escondido y el tambo de cabras Valle de Goñi son también los organizadores de la feria Rumiar (ver recuadro). “Fue a principios del 2000, cuando el pueblo estaba perdido en el mapa y en el tiempo. Empezamos a trabajar para se conociera el lugar y a los productores de lácteos, fiambres y alfajores”, explica Gabriel Narvaes, elaborador de charcutería.

Voces del campo
En un galpón cubierto, a las cuatro de la tarde en punto, un operario coloca alfalfa, maíz y soja en un comedero para que se alimenten las cabras mientras se las ordeña. Regina de Martínez explica este procedimiento a los visitantes, los deja observar cómo los cabritos toman leche de una mamadera. Después pueden tomar el té en un quincho cubierto y vidriado, con vista al campo. Para anunciarse, en este el tambo y negocio de quesos artesanales, solo hay que hacer sonar una campana ubicada al lado de la tranquera.

En una casa de 1904, la antigua carpintería del pueblo, Miguel Garello colgó el retrato de sus abuelos, quienes al igual que él se dedicaron al rubro cárnico. Son los padrinos del restaurante, bar de picadas y almacén Pueblo Escondido. Este año, la novedad es la producción en sociedad con el periodista Pietro Sorba, un visitante ilustre de Uribelarrea. “Pietro quería ver la posibilidad de que hagamos algunos embutidos que se comen en Italia y no se consiguen en Argentina, como el lardo-en base a grasa de cerdo curada-, el finocchiona –un salame con hinojo- y el guanciale –que se utiliza para la salsa carbonara-. Hicimos pruebas por seis meses, y la devolución fue que los sabores logrados eran muy similares a los originales.” Ya comenzaron a comercializarlos para hoteles y restaurantes, al público solo lo venden en el almacén.

-Regina ¿Cómo es un día en el tambo?

-¡Largo! Empieza a las 6, cuando me levanto para llevar a mi hija al colegio, en Lobos y las 7 es el ordeñe. Hoy, a media mañana, me puse a hacer dulce de leche, después controlé el estacionamiento de los quesos y fui preparando lo necesario para el fin de semana. Los jueves y viernes hago las tortas para la merienda. Y así se pasa la tarde.

Regina y su marido, Horacio, trabajan con sus vecinos que crían ovejas y también elaboran quesos. En sociedad crearon un “blend” de queso de vaca, cabra y oveja, que venden en Valle de Goñi.

“Estos emprendimientos surgen de egresados de la escuela agrotécnica Don Bosco, por eso queremos trabajar mucho más con la institución y el municipio para agrupar a productores y potenciarlos”, explica Gabriel, mientras recorremos, en auto, un nuevo barrio de chacras de fin de semana, un loteo de terrenos donde en el pasado se criaba ganado vacuno.

Cuando comenzó el proyecto turístico de Uribelarrea, en el pueblo, sólo se podía almorzar o cenar en dos o tres lugares y no había alojamiento. En la actualidad la oferta ha crecido a más restaurantes y una posada. Opciones que permiten disfrutar, por más de una jornada, de la paz y autenticidad de este pueblito de la provincia de Buenos Aires.

Fuente Clarin.